El papel es mas paciente que los hombres.
Quien es feliz hace feliz a los demás también.
Quiero que algo de mí perdure después de la muerte.
Tuve la suerte de ser arrojada bruscamente a la realidad.
No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda.
¿Cuándo se nos concederá el privilegio de respirar aire fresco?
Una persona puede sentirse sola, aún cuando mucha gente la quiera.
La pereza puede parecer atractiva, pero el trabajo da satisfacción.
Tengo que defender mis ideales. El tiempo dirá cuándo podré llevarlos a cabo.
Podrán callarnos, pero no pueden impedir que tengamos nuestras propias opiniones.
Las personas libres jamás podrán concebir lo que los libros significan para quienes vivimos encerrados.
¡Qué maravilloso es que nadie necesite esperar ni un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo!
Desde que la vida empezó, la regla se estableció: ¡Nuestras faltas ignoramos, las del prójimo aumentamos!
Llegará el día en que termine esta horrible guerra y volveremos a ser personas como los demás, y no solamente judíos.
Afuera no hay canto de pájaros, y dentro un silencio sofocante se cierne sobre todos y todas las cosas, y parece arrastrarme hacia un abismo.
Los padres sólo pueden dar buenos consejos o ponerlos en el camino del bien, pero la formación del carácter de una persona reside en ella misma.
Trescientos cincuenta aviones ingleses descargaron medio millón de kilos de explosivos sobre IJmuiden (Holanda), haciendo temblar las casas como hojas al viento.
Lo que me asombra es no haber abandonado por completo mis esperanzas, que parecen absurdas e irrealizables. Y, sin embargo, me aferro a ellas a pesar de todo y sigo creyendo en la innata bondad del hombre.
Nunca creeré que los poderosos, los políticos y los capitalistas sean los únicos responsables de la guerra. No, el hombre común y corriente, también se alegra de hacerla. Si así no fuera, hace tiempo que los pueblos se habrían rebelado.
Una y otra vez me pregunto si no habría sido mejor para todos que en lugar de escondernos ya estuviéramos muertos y no tuviéramos que pasar por esta pesadilla, y sobre todo que no comprometiéramos a los demás. Pero también esa idea nos estremece, todavía amamos la vida, aún no hemos olvidado la voz de la naturaleza, aún tenemos esperanzas, esperanzas de que todo salga bien. Y ahora, que pase algo pronto, aunque sean tiros, eso ya no nos podrá destrozar más que esta intranquilidad, que venga ya el final, aunque sea duro, así al menos sabremos si al final hemos de triunfar o si sucumbiremos.
A las tres de la tarde -Helio acababa de salir un momento, luego volvería- alguien llamó a la puerta. Yo no lo oí, ya que es taba leyendo en una tumbona al sol en la galería. Al rato apareció Margot toda alterada por la puerta de la cocina. - Ha llegado una citación de la SS para papá -murmuró-. Mamá ya ha salido para la casa de Van Daan. (Van Daan es un amigo y socio de papá. ) Me asusté muchísimo. ¡Una citación! Todo el mundo sabe lo que eso significa. En mi mente se me aparecieron campos de concentración y celdas solitarias. ¿Acaso íbamos a permitir que a papá se lo llevaran a semejantes lugares?
Hoy no tengo más que noticias desagradables y desconsolado ras para contarte. A nuestros numerosos amigos y conocidos judíos se los están llevando en grupos. La Gestapo no tiene la mínima consideración con ellos, los cargan nada menos que en vagones de ganado y los envían a Westerbork, el gran campo de concentración para judíos en la provincia de Drente. Miep nos ha hablado de alguien que logró fugarse de allí. Debe de ser un sitio horroroso. A la gente no le dan casi de comer y menos de beber. Sólo hay a gua una hora al día, y no hay más que un retrete y un lavabo para varios miles de personas. Hombres y mujeres duermen todos juntos, y a estas últimas y a los niños a menudo les rapan la cabeza. Huir es prácticamente imposible.
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