Ahí está el detalle...
Si se necesita un sacrificio, renuncio a mi parte y agarro la suya.
Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado.
No es mi idea entretener al público nada más. Yo creo que mis películas siempre han llevado un mensaje.
Yo amo, tú amas, él ama, nosotros amamos, ustedes aman, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad.
Mi personaje surgió posiblemente de la observación de muchos tipos que conozco, y que son parecidos a Cantinflas.
Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho porque, como quien dice, así me los agarro cansados.
Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos...
Yo elegí el nombre de Cantinflas, es decir, se me ocurrió, buscando un nombre de guerra para hacer el tipo que hago. Fonéticamente me sonó y me gustó, y con ese me quedé.
Señores Representantes: estamos pasando un momento crucial en que la humanidad se enfrenta a la misma humanidad. Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo.
No considero justo que la mitad de la humanidad, sea la que fuere, quede condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no es de su agrado, solamente porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un sentido o en otro.
Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos.
Cantinflas es un tipo falto de cultura, de preparación, pero que está listo para enfrentarse en cualquier tipo de situación, que no le da pena hablar con usted sobre lo que él no sabe y que usted sabe, y que discute con usted, y al final sale ganando él, porque a usted le dice: Usted sabe lo que está diciendo, pero yo tengo razón.
Todos creemos que nuestra manera de ser, nuestra manera de vivir, nuestra manera de pensar y hasta nuestro modito de andar son los mejores; y el chaleco se lo tratamos de imponérselo a los demás y si no lo aceptan decimos que son unos tales y unos cuales y al ratito andamos a la greña. ¿Ustedes creen que eso está bien? Tan fácil que sería la existencia si tan sólo respetásemos el modo de vivir de cada quién.
Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: "Amaos...Amaos los unos a los otros", pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿Y qué es lo que han hecho? , ¿Qué es lo que hacen? : "Armaos los unos contra los otros".
0 comentarios :
Publicar un comentario